lunes, 26 de noviembre de 2007

video de los trastornos mentales

object width="425" height="355">

lunes, 19 de noviembre de 2007

SOLUCIONES A LOS TRASTORNOS MENTALES

Washington, DC, 31 de enero de 2002 (OPS) -- La enfermedad mental ha sido un estigma en las Américas, pero los rostros antes confinados

Fotos
disponibles.

 Trabajadora de salud con paciente
 -
 Paciente en reunión con personal de salud
Haz click aqui.

a las sombras salen ahora a la luz, al ponerse en boga nuevos enfoques a los problemas de salud mental, que la Organización Panamericana de la Salud (OPS) está promoviendo.

El Día Mundial de la Salud del año pasado fue dedicado a la salud mental, bajo el lema, "Sí a la atención, no a la exclusión" y marcó un hito en los esfuerzos de la OPS por cambiar la percepción del público y de las autoridades gubernamentales con respecto a los problemas sociales, económicos, morales y humanitarios que rondan a la salud mental.

En esa ocasión el Dr. George Alleyne, Director de la OPS, dijo que "Esta es una oportunidad única de trabajar unidos para mejorar la salud mental, uno de los problemas de salud pública más importantes para la población de las Américas. Lamentablemente, la salud mental ocupa un lugar muy modesto en la jerarquización de nuestras prioridades. A pesar de todo el progreso logrado en muchos otros aspectos de la salud, la salud mental todavía no recibe la atención y los recursos que merece".

Aunque la atención internacional hacia los temas de salud mental está aumentando, falta mucho por hacer, ya que ningún país es inmune a los trastornos mentales y sus repercusiones en términos psicológicos, sociales y económicos son muy altas. A escala mundial, 400 millones de personas sufren trastornos mentales o neurológicos o problemas psicosociales como los relacionados con el abuso de alcohol y drogas. De cada cuatro personas que asisten a los servicios de salud en busca de ayuda, al menos uno presenta uno de estos trastornos, que a menudo son diagnosticados incorrectamente y, por lo tanto, no tratados.

Mientras las soluciones para tratar muchos de estos trastornos mentales o cerebrales y para permitir a quienes los padecen llevar una vida normal en la comunidad están disponibles, muchas sociedades todavía levantan barreras tanto a la atención como a la reintegración de estas personas, quienes siguen tropezando con el estigma y la discriminación. De ahí que las familias eviten la búsqueda de atención médica, por vergüenza y temor.

Incluso en situaciones inusuales, como los desastres naturales, guerras o terrorismo, en las cuales la vulnerabilidad de toda la población a desajustes emocionales crece, algunas personas lo piensan dos veces antes de recurrir a especialistas para buscar tratamiento a problemas psíquicos, pues temen verse marcados socialmente. Y a su vez, algunas autoridades sanitarias de los países pueden relegar la salud mental como elemento no prioritario ante los acuciantes problemas que emergen después de un desastre.

"Es erróneo pensar que las situaciones de desastre, como los terremotos, por ejemplo, dejan sólo secuelas a corto plazo, que pasan con el tiempo", explicó el Dr. José Miguel Caldas de Almeida, coordinador del programa de salud mental de la OPS. "Eso no es tan fácil, los desastres son situaciones muy traumáticas. Nosotros estamos terminando un estudio en las poblaciones que sufrieron el azote del huracán Mitch y los datos que la investigación ha arrojado hasta el momento indican que hay una prevalencia elevada de casos de enfermedades mentales".

Violaciones de derechos humanos en hospitales psiquiátricos, la falta de prestación de servicios de salud mental comunitarios, los esquemas injustos de seguro y prácticas discriminatorias de contratación son sólo algunas de las experiencias que enfrentan las personas con problemas de salud mental. Los individuos y las instituciones tienen la responsabilidad de la perpetuación de estas prácticas, dijo el Dr. Caldas de Almeida.

"Todos somos responsables de esta situación, causada de manera accidental o intencionada", de acuerdo a la Dra. Gro Harlem Brundtland, Directora General de la Organización Mundial de la Salud (OMS.) "Los gobiernos han sido negligentes, al no proporcionar a la población los medios adecuados de tratamiento y se ha seguido discriminando a las personas aquejadas de esos trastornos".

Los trastornos mentales y cerebrales, como la depresión o la epilepsia pueden ser tratados con éxito y los aquejados integrarse a la sociedad. Importantes adelantos científicos han permitido reducir el sufrimiento y la discapacidad que traen estos padecimientos y se han identificado métodos excelentes para hacer que la familia y la comunidad colaboren en el proceso de recuperación.

El Dr. Caldas de Almeida dijo a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la Organización de Estados Americanos (OEA) el 28 de febrero del 2001 que se necesitaban medidas urgentes para proteger y promover los derechos de los enfermos mentales en las Américas.

"Las personas con discapacidades mentales son con frecuencia víctimas de tratamiento cruel, inhumano y degradante y son, además, detenidas en las instituciones psiquiátricas en condiciones deplorables que afectan negativamente su salud en general y, a veces, tienen incluso éxito en amenazar sus propias vidas", dijo el Dr. Caldas de Almeida, al mencionar las iniciativas actuales de la OPS para promover los derechos de estos pacientes a través del Programa de Salud Mental de la Organización, que presta cooperación técnica a sus Estados Miembros en las áreas relacionadas con la salud mental y la atención psiquiátrica.

A partir de ésta y otras declaraciones de expertos de la OPS, la Comisión de Derechos Humanos recomendó que los países tomaran medidas para proteger los derechos humanos de los enfermos mentales.

"La Comisión ha encontrado que, en las Américas, los clientes, los miembros de sus familias, los trabajadores de salud mental, los abogados, los jueces y otras personas involucradas en la protección de la salud mental tienen un conocimiento muy limitado de las normas internacionales y las disposiciones de las convenciones que protegen los derechos de las personas con enfermedades mentales. Además, en la mayoría de los casos esas normas y disposiciones no han sido incorporadas en la ley nacional", señaló la Comisión en una sesión especial celebrada el 4 de abril del 2001 en Chile.

La OPS, que también funciona como la Oficina Regional para las Américas de la Organización Mundial de la Salud, fue establecida oficialmente en 1902 y es la organización de salud más antigua del mundo, trabaja con todos los países de las Américas para mejorar la salud y elevar los estándares de vida de sus pueblos.

TRASTORNOS MENTALES MAS COMUNES

Debido a la diversidad de problemas mentales que existen, el proceso de diagnóstico debe ser muy cuidadoso, sostiene el Doctor Ludovic Reveiz Herault, médico de la Universidad del Rosario en Bogotá, Colombia, puesto que la calificación de las anomalías es el primer paso en el desarrollo de un tratamiento acertado.

En este sentido, muchos de los problemas tienen síntomas comunes, razón por la cual –en algunos casos- podrían desarrollarse procesos de recuperación equívocos, sino se hace un trabajo previo.

Según el experto, los trastornos más comunes son la afasia, la amnesia, deficiencia mental, depresión mental, esquizofrenia, melancolía involutiva, neurosis, paranoia, psicosis y psicosis maníaco-depresiva.

Para comprender con mayor profundidad cada uno de estos trastornos, se entrevistó para Buena Salud a tres expertos: El Doctor Ludovic Reveiz (Universidad del Rosario), Carolina Giraldo, psicóloga de la Universidad de la Sabana (centro académico a unos 20 kilómetros al norte de Bogotá) y la psicóloga Adriana Vasquez quien trabaja en la Clínica Monserrate de Bogotá, uno de los centros de tratamiento más reconocidos para tratar estas anomalías.

Éstas son las conclusiones de los expertos:

  • Afasia: La afasia es una afección orgánica causada por lesión en la corteza cerebral. Esta lesión produce una pérdida o disminución de la facultad de utilizar palabras como símbolos de ideas. Por ejemplo, una persona necesita explicar algún tema en especial y no tiene la fluidez para hacerlo, ya que no encuentra las palabras necesarias para dar su idea.
  • Amnesia: Perdida de la memoria y especialmente incapacidad para reconocer las ideas interpretadas por las palabras. Sus síntomas son variados y de diferentes clases. En la amnesia anterógrada, la pérdida de memoria sigue directamente a un shock o trauma grave. La amnesia auditiva consiste en la incapacidad para reconocer la palabra hablada. En la amnesia retrograda se borra toda memoria relativa a acontecimientos pasados, y en postraumática, la de los posteriores a un accidente. Esta última es de variada duración, según la gravedad del shock o daño recibido. La amnesia puede ser parcial, con pérdida de memoria de sonidos, nombres o colores; o en general, con pérdida de la mayor parte de la memoria, frecuentemente aparece asociada a un conflicto emocional repentino solucionado, el cual retorna a la memoria. Aunque en los casos de la amnesia total se recuerdan ciertos hábitos, como el de leer, caminar y escribir.
  • Deficiencia mental: Es una forma de atraso mental en que el sujeto no posee el nivel medio de inteligencia o no logra alcanzar ese nivel por defecto de desarrollo. No debe confundirse con la enfermedad mental, en que se produce alteración de las funciones de la mente de capacidad normal, como sucede en la neurosis o psicosis. Se distinguen diversos grados de defecto o debilidad mental.
  • Depresión mental: Es un estado de postración y tristeza, acompañado habitualmente de disminución de la actividad, ya que en ella se paraliza la iniciativa y la decisión. La depresión de un sujeto se refleja en su actitud hacia los demás y sus acciones. El deprimido se vuelve excesivamente precavido, teme gastar dinero y disfrutar de expansiones y diversiones, vacila en reunirse con otras personas y eventualmente se enfrenta no sólo con el mundo en general sino consigo mismo. En el tratamiento de la depresión mental se han empleado varios preparados farmacéuticos, llamados energéticos psíquicos. Estos fármacos pueden elevar el nivel de actividad del sistema nervioso central cuando este se muestra perezoso.
  • Esquizofrenia: Es un grave trastorno mental o psicosis, que indica pérdida de contacto con la realidad y una desorganización o desintegración temporal o permanente de la personalidad. Derivado de esquizo, "separación", y frenia, "mente", el nombre alude a una separación entre la mente y la realidad. La esquizofrenia es la forma más corriente de enfermedad mental, sostienen los expertos. El esquizofrénico rechaza el mundo exterior y se introvierte en su propio mundo. Sus actos se acomodan a este mundo imaginario y por ello son tan difíciles de interpretar. En los últimos decenios se ha avanzado mucho en el conocimiento y tratamiento de la esquizofrenia y es mayor el índice de recuperaciones totales o parciales.
  • Melancolía involutiva: Perturbación psíquica caracterizada por depresión mental. Por lo general la enfermedad se presenta en la madurez o edad avanzada. En esta época el paciente se percata de que probablemente jamás podrá realizar por completo los ambiciosos sueños acariciados durante toda una vida. En este tratamiento, el médico concederá gran importancia a una dieta nutritiva, sueño adecuado, ejercicio adecuado, medio ambiente sano y ocupaciones absorbentes.
  • Neurosis: Trastorno psíquico no acompañado de una grave desintegración de la personalidad. Alude al tipo de adaptación que ha realizado una persona a situaciones a las que inconscientemente atribuye la capacidad de crearle ansiedad. El tipo de adaptación constituye la naturaleza de la neurosis. La causa se atribuye de ordinario a la existencia dentro de la persona de un conflicto emocional, deseos contradictorios, por lo general de naturaleza muy compleja.
  • Paranoia: Rara psicosis que se caracteriza por manías persecutorias y frecuentes alucinaciones, por lo general de tipo auditivo. En ella, sin que se pierda el contacto con la realidad, esta se tergiversa. El paranoico siente que una persona o un grupo le persiguen o quizás intentan matarle. Es frecuente que este intenso temor y recelo se convierten con excesivas ambiciones y sueños de grandeza no realizados. El paranoico acusa al perseguidor de sus fracasos.
  • Psicosis: Es un desorden mental severo que se manifiesta en comportamiento, reacciones e ideas anormales. La persona no es capaz de enfrentarse con las demandas de su medio ambiente. Una persona psicótica difiere de la persona neurótica en que esta última ha tenido éxito en realizar un ajuste a su medio ambiente, la naturaleza de este ajuste consistiendo generalmente en la neurosis.
  • Psicosis maníaco-depresiva: forma de disturbios mentales. Es casi tan común como la esquizofrenia. Giraldo indica, que alrededor de un tercio de todos los pacientes internados en institutos mentales pertenecen a este grupo. La psicosis maníaco-depresiva puede atacar en cualquier edad pero es más prevalente en el grupo entre 20 y 50 años. Las mujeres son atacadas más frecuentemente que los hombres, comprendiendo alrededor de dos tercios de todos los casos. La psicosis maníaco-depresiva ha sido llamada locura cíclica, debido a que está caracterizada por ciclos periódicos y alternantes de manía y depresión.
Según Vasquez, la mejor manera de descubrir alguno de los síntomas nombrados anteriormente es visitando a un psicólogo o psiquiatra calificado. Muchos de los problemas y conflictos que presentan las personas podrían ser por alguna de estas enfermedades mentales, descubrir a tiempo alguno de estos problemas puede ser la solución si se trata en forma inmediata.

lunes, 12 de noviembre de 2007

LA BULIMIA

La Bulimia Nerviosa

¿Qué es la bulimia nerviosa?

La bulimia nerviosa, normalmente llamada bulimia, se define como episodios incontrolados de comer en exceso (atracones) seguidos normalmente de purgas (autoinducción del vómito), mal uso de laxantes, enemas, o medicamentos que producen un incremento en la producción de orina, ayuno o ejercicio excesivo para controlar el peso. Los atracones, en esta situación, se definen como comer cantidades mucho más grandes de alimentos de las que se consumirían normalmente en un período corto de tiempo (normalmente menos de dos horas). Los atracones de comida se producen al menos dos veces a la semana durante tres meses y pueden producirse incluso hasta varias veces al día.

¿Qué causa la bulimia?

No se conoce la causa de la bulimia. Se cree que los factores que contribuyen al desarrollo de la bulimia incluyen los ideales culturales y las actitudes sociales en cuanto a la apariencia del cuerpo, la autoevaluación basada en el peso y forma del cuerpo, y los problemas familiares. Del 30 al 50 por ciento de los adolescentes bulímicos también cumplen los criterios de la anorexia nerviosa al inicio de su enfermedad.

¿A quiénes afecta la bulimia?

La mayoría de los bulímicos son mujeres adolescentes que pertenecen a un grupo socioeconómico alto. Todos los países industriales occidentales han informado de casos de bulimia. Se calcula que entre el 1 y el 4 por ciento de las adolescentes de Estados Unidos se les ha diagnosticado bulimia. Los adolescentes que desarrollan bulimia suelen provenir de familias en las que existen antecedentes de trastornos alimentarios, enfermedades físicas y otros problemas de salud mental, como trastornos del estado de ánimo o abuso de drogas. Otros problemas de salud mental, como los trastornos de ansiedad o los trastornos del estado de ánimo, se encuentran comúnmente en los jóvenes que tienen bulimia.

¿Cuáles son los diferentes tipos de bulimia?

Existen dos subgrupos de comportamientos anoréxicos cuyo objetivo es reducir la ingestión calórica:

  • Tipo purgante - regularmente se autoinduce el vómito o hace mal uso de laxantes, diuréticos o enemas, u otros purgantes (medicamentos que, a través de sus efectos químicos, sirven para aumentar la eliminación del contenido intestinal).

  • Tipo no purgante - utiliza otros comportamientos inapropiados, como ayunar o realizar ejercicio excesivo, en vez de adoptar comportamientos purgantes para reducir la absorción calórica de cantidades excesivas de alimentos por parte del cuerpo.

¿Cuáles son los síntomas de la bulimia?

A continuación se enumeran los síntomas más comunes de la bulimia. Sin embargo, cada adolescente puede experimentarlos de una forma diferente. Los síntomas pueden incluir:

  • Usualmente un peso corporal bajo o normal (la persona se ve gorda).

  • Episodios recurrentes de atracones de comida (consumo rápido de cantidades excesivas de alimentos en un período de tiempo relativamente corto, a menudo en secreto), asociados con sentimientos de miedo de no ser capaz de dejar de comer durante los episodios de atracones.

  • Autoprovocarse el vómito (normalmente en secreto).

  • Ejercicio excesivo o ayunar.

  • Costumbres o rituales alimentarios peculiares.

  • Uso inadecuado de laxantes, diuréticos u otros purgantes.

  • Menstruaciones irregulares o ausencia de menstruaciones.

  • Ansiedad.

  • Sentimientos de desaliento relacionados con la insatisfacción consigo mismos y con la apariencia de su cuerpo.

  • depresión

  • Preocupación por los alimentos, el peso y la forma del cuerpo.

  • Cicatrices en la parte posterior de los dedos debido al proceso de autoprovocarse el vómito.

  • Comportamiento obsesivo hacia sus metas.

Los síntomas de la bulimia pueden parecerse a los de otras condiciones o problemas médicos. Siempre consulte al médico de su hijo adolescente para obtener un diagnóstico.

¿Cómo se diagnostica la bulimia?

Los padres, maestros, entrenadores o instructores pueden ser capaces de identificar al niño o adolescente que tiene bulimia, aunque muchas personas que tienen la enfermedad inicialmente la mantienen muy privada y escondida. Sin embargo, un psiquiatra infantil o un profesional de la salud mental capacitado normalmente diagnostica la bulimia en los niños y adolescentes. También resulta beneficioso contar con los antecedentes detallados y las observaciones de conducta del adolescente suministrados por sus padres y maestros y, algunas veces, realizar un examen psicológico. Los padres que observen síntomas de bulimia en su niño o adolescente pueden ayudar buscando una evaluación y tratamiento tempranos. decisión clave para prevenir la aparición e incidencia de problemas en el futuro.

La bulimia, y la desnutrición resultante, puede afectar de forma adversa a casi todos los sistemas de órganos del cuerpo, aumentando la importancia del diagnóstico y tratamiento tempranos. Consulte al médico de su hijo adolescente para obtener más información.

Tratamiento de la bulimia:

El tratamiento específico de la bulimia será determinado por el médico de su hijo basándose en lo siguiente:

  • la edad de su hijo, su estado general de salud y sus antecedentes médicos
  • la gravedad de los síntomas
  • la tolerancia de su hijo a determinados medicamentos o terapias
  • las expectativas para la evolución de la infección
  • su opinión o preferencia

La bulimia en los adolescentes normalmente se trata con una combinación de terapia individual, terapia familiar, modificación del comportamiento y rehabilitación nutricional. En los adultos, ha sido efectivo el uso de terapia cognitiva del comportamiento y de medicamentos antidepresivos. El tratamiento siempre debe basarse en una evaluación integral del adolescente y de la familia Generalmente, la terapia individual incluye técnicas cognitivas conductuales. Los medicamentos (normalmente antidepresivos o medicamentos contra la ansiedad) pueden ser útiles si el adolescente que tiene bulimia está también ansioso o deprimido. La existencia frecuente de complicaciones médicas durante el transcurso del tratamieto de rehabilitación requiere que el médico de su hijo y un nutricionista sean participantes activos del equipo de tratamiento. Los padres desempeñan un papel vital de apoyo en cualquier proceso de tratamiento.

Prevención de la bulimia:

Hasta la fecha no se conocen medidas preventivas para reducir la incidencia de la bulimia. Sin embargo, la detección e intervención tempranas pueden reducir la gravedad de los síntomas, estimular el proceso de crecimiento y desarrollo normal, y mejorar la calidad de vida de los adolescentes que tienen bulimia. También puede ser de gran ayuda estimular la adquisición de hábitos alimentarios saludables y de actitudes realistas en cuanto al peso y la dieta.


martes, 6 de noviembre de 2007

TIPOS DE TRASTORNOS MENTALES

Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG)

El síntoma fundamental es la ansiedad, que es persistente en el tiempo (dura más de 6 meses) y generalizada, sobre una amplia gama de acontecimientos o actividades (como el rendimiento laboral o escolar), no estando restringida a una situación en particular como en las fobias ni presentándose exclusivamente en forma de crisis, como en el caso de las Crisis de Pánico. El estado de ansiedad es casi permanente, oscilando levemente durante el transcurso del día y afectando la calidad del sueño.

La ansiedad esta asociada muy frecuentemente a preocupaciones excesivas (llamada expectación aprensiva). Por ejemplo: miedo a que algún familiar cercano o la misma persona que sufre este trastorno puedan tener un accidente, enfermarse o morir. A la persona le resulta difícil controlar este estado de constante preocupación.

La ansiedad y preocupación se asocian a 3 o más de los siguientes síntomas:

  • Nerviosismo, inquietud o impaciencia

  • Fatigabilidad (cansancio) fácil

  • Dificultad para concentrarse o poner la mente en blanco

  • Irritabilidad

  • Tensión muscular, temblor, cefalea (dolor de cabeza), movimiento de las piernas e incapacidad para relajarse

  • Alteraciones del sueño: dificultad para conciliar o mantener el sueño o sensación al despertarse de sueño no reparador

  • Sudoración, palpitaciones o taquicardia, problemas gastrointestinales, sequedad de boca, mareos, hiperventilación (aumento del número de respiraciones por minuto)

La ansiedad, la preocupación o los síntomas físicos provocan un malestar significativo o deterioro en las relaciones familiares, sociales, laborales o de otras áreas importantes de la actividad de la persona.

Los síntomas de ansiedad en el Trastorno de Ansiedad Generalizada son constantes a diferencia de lo que ocurre en el Trastorno de Pánico donde la ansiedad-pánico aparece en forma paroxística tomando la forma de una Crisis de Pánico. La Crisis de Pánico no suele durar más de 30 minutos pero deja a quien la padece con mucho temor a presentar una nueva crisis. Este "miedo al miedo" se lo denomina "Ansiedad Anticipatoria" y puede confundírselo con un Trastorno de Ansiedad Generalizada.

Es importante además descartar que los síntomas de ansiedad no sean debidos a la ingesta de algún tipo de sustancia ansiogénica: cafeína, anfetaminas o a una enfermedad médica (hipertiroidismo por ej.). Existen muchas causas que pueden provocar ansiedad en forma secundaria, mayor información al respecto se encuentra disponible en la página Ansiedad Secundaria. Asimismo los Trastornos Depresivos se asocian con mucha frecuencia a ansiedad. Es muy importante realizar un correcto "Diagnóstico Diferencial" para poder arribar a un diagnóstico acertado de lo que le ocurre a quien se encuentra padeciendo un cuadro de ansiedad. La principal causa de fracaso terapéutico es la falta de diagnóstico o un diagnóstico errado.

El Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG) es mucho más de lo que una persona normal con ansiedad experimenta en su vida diaria. Son preocupación y tensión crónicas aún cuando nada parece provocarlas. El padecer este trastorno significa anticipar siempre un desastre, frecuentemente preocupándose excesivamente por la salud, el dinero, la familia o el trabajo. Sin embargo, a veces, la raíz de la preocupación es difícil de localizar. El simple hecho de pensar en afrontar el día puede provocar ansiedad.


Caso Clínico

"Yo siempre pensé que era aprensivo. Me sentía inquieto y no podía descansar. A veces estas sensaciones iban y venían. Otras veces eran constantes. Podían durar días. Me preocupaba por la cena que iba a preparar para la fiesta o cuál sería un magnífico regalo para alguien. Simplemente no podía dejar nada de lado. Era tal la tensión que experimentaba que por momentos me sentía como aferrado a un cable de corriente eléctrica. Una sensación horrible.

Tenía serios problemas para dormir. Hubo ocasiones en que despertaba ansioso en la mañana o en la mitad de la noche, temblando y transpirando. Me costaba trabajo concentrarme aún mientras leía el periódico o un libro. A veces me sentía un poco mareado. Mi corazón latía apresuradamente o me golpeaba en el pecho. Esto me preocupaba aún más. Vivía preocupado por lo que podría llegar a ocurrir, no podía concentrarme en el presente, en mis quehaceres cotidianos..."

Tratamiento:
El tratamiento del Trastorno de Ansiedad Generalizada incluye la utilización de medicación y formas específicas de psicoterapia, el tratamiento más efectivo para el TAG suele combinar psicoterapia y medicación.

Los medicamentos son muy efectivos para mitigar los síntomas de ansiedad. Se pueden utilizar medicamentos Ansiolíticos o Antidepresivos con efecto ansiolítico (no todos los antidepresivos lo poseen). Los Ansiolíticos no deberían utilizarse por períodos mayores a un mes ya que con el transcurso del tiempo tienden a producir acostumbramiento y a una necesidad de incrementar la dosis.
Por tratarse el TAG de un trastorno de larga duración lo más recomendable para el manejo psicofarmacológico de los síntomas de ansiedad es la utilización de Antidepresivos con efecto ansiolítico asociado. A modo de ejemplo podemos citar al Escitalopram, Venlafaxina XR / LP, Paroxetina, Fluvoxamina, Mirtazapina y Clomipramina. Los Antidepresivos, a diferencia de los Ansiolíticos, no producen acostumbramiento (tolerancia). De allí que es preferible utilizarlos en el tratamiento a largo plazo de la Ansiedad. Por otro lado la calidad del sueño generada por loa Antidepresivos sedativos es muy superior a la de los Ansiolíticos, ya que generan un sueño más profundo y reparador.
En la actualidad existen cada vez más medicamentos disponibles para el tratamiento del Trastorno de Ansiedad Generalizada. De tal manera que, si un medicamento no da el resultado esperado, generalmente hay otros que se pueden utilizar. Además, se están descubriendo nuevos medicamentos para el tratamiento de los síntomas de ansiedad, como es el caso de la Pregabalina.

Las investigaciones también han demostrado que la Terapia del Comportamiento y la Terapia Cognitiva son efectivas para el tratamiento del TAG. También son útiles las Técnicas de Relajación y de Bio-Retroalimentación (Biofeedback) para controlar la tensión psíquica y muscular.

Síntomas dependientes de la cultura, la edad y el sexo:
Existen considerables variaciones culturales en cuanto a la expresión de la ansiedad (p.ej., en algunas culturas la ansiedad se expresa a través de síntomas predominantes somáticos, y en otras a través de síntomas cognitivos). Es importante tener en cuenta el contexto cultural a la hora de evaluar el carácter excesivo de algunas preocupaciones. En los niños y adolescentes con trastorno de ansiedad generalizada, la ansiedad y las preocupaciones suelen hacer referencia al rendimiento o la competencia en el ámbito escolar o deportivo, incluso cuando estos individuos no son evaluados por los demás. A veces la puntualidad es el tema que centra las preocupaciones excesivas. Otras veces son los fenómenos catastróficos, como los terremotos o la guerra nuclear. Los niños que presentan el trastorno pueden mostrarse abiertamente conformistas, perfeccionistas, inseguros de sí mismos e inclinados a repetir sus trabajos por una excesiva insatisfacción a la vista de que los resultados no llegan a la perfección. Al perseguir la aprobación de los demás pueden mostrar un recelo característico; necesitan asegurarse de forma excesiva de la calidad de su rendimiento o de otros aspectos que motivan su preocupación.
En general, los síntomas del TAG tienden a disminuir con la edad.
El trastorno es ligeramente más frecuente en mujeres que en varones cuando se estudian muestras de centros asistenciales (aproximadamente el 55-60% de los diagnósticos se efectúan en mujeres). En estudios epidemiológicos de población general la relación de sexos es de dos tercios a favor de las mujeres.

Prevalencia:
En muestras de población general la prevalencia anual del trastorno de ansiedad generalizada se sitúa en el 3% aproximadamente, mientras que la prevalencia global llega hasta el 5%. En los centros médicos para trastornos de ansiedad aproximadamente el 12% de los individuos presenta un trastorno de ansiedad generalizada.

Curso:
Muchos individuos con trastornos de ansiedad generalizada se consideran ansiosos o nerviosos de toda la vida. Aunque más de la mitad de los que acuden a la consulta manifiestan que el trastorno de ansiedad generalizada empezó en la segunda infancia o la adolescencia, no es raro que el trastorno se inicie a partir de los 20 años de edad. El curso es de carácter crónico, pero fluctuante, con frecuentes agravamientos coincidiendo con períodos de estrés.

Patrón familiar:
La ansiedad como rasgo muestra una evidente incidencia familiar. Se han descrito hallazgos todavía inconsistentes que muestran un patrón familiar para el trastorno de ansiedad generalizada, aunque la mayoría de ellos no han sido capaces de demostrar un patrón concreto de agregación familiar.

Referencias Bibliográficas:
-
Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, 4° edition Text Revised (DSM-IV TR). American Psychiatric Association. American Psychiatric Press, 2000.
- Kaplan and Sadock's Synopsis of Psychiatry, 9° edition. Lippincott Williams & Wilkins Press, 2003.